31 de julio de 2012

Vivir, a pesar de las listas

Cuando uno piensa en tantas cosas que debe hacer  y todo esto está aparejado muchas veces con la crisis económica que atravesamos, tendemos a desanimarnos. Creo que en medio de esta vorágine de cosas, lo importante es mirar la vida con calma y dejar que Dios vaya acomodando todo, más allá de nuestro deseo de perfección y apremio para que todo esté listo ya. 

Para ello, el primer paso que debemos dar para comenzar este segundo semestre, es pedir al Espíritu Santo la virtud de la “paciencia” y la gracia de un buen discernimiento para que podamos priorizar lo esencial, lo necesario, dejando de lado todo aquello que solamente nos quitan la paz interior. 

Y para lograr un claro discernimiento, quisiera que recordemos a San Ignacio Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, quien mucho nos enseñó sobre el buen discernimiento en medio de tantas incertidumbres de la vida. El discernimiento es un proceso esencial en la vida para que nuestras decisiones nos lleven a la verdadera libertad y gozo, la libertad que buscamos en todas nuestras acciones y compromisos. Por lo tanto, el discernimiento debe ser una actitud cotidiana, ya que todos los días debemos elegir y tomar decisiones. 

17 de julio de 2012

Celebremos la amistad...



Celebrar el Día del Amigo  –fecha que pronto llegará-,  es renovar nuestra alegría de compartir la vida con las distintas personas que dan sentido a nuestro existir. Y la mejor manera de festejarlo es meditar sobre lo que significa la verdadera amistad. Es un sentimiento compartido con otra persona, donde se busca el bien común, una palabra de consuelo, una sonrisa franca, un abrazo sincero. Porque un verdadero “amigo” es alguien que te acepta tal como eres, comprende dónde has estado, te acompaña en tus logros y tus fracasos, celebra tus alegrías, comparte tu dolor y jamás te juzga por tus errores.

Muchas veces las amistades nos traen tragos amargos porque no siempre es fácil construir una verdadera amistad, acortando la distancia entre lo ideal y lo real. Es que ella nos exige una comunión desinteresada, cordial, abierta, en la que hay un interés mutuo por los problemas, éxitos o sufrimientos del amigo. Solo se la cultiva con pequeños detalles de gratitud por todo lo que se recibe de ella. 

La amistad comienza por la simpatía y el agrado que se siente al encontrar personas que tienen cosas en común. Es muy valioso saber que contamos con alguien que nos quiere, comprende, que comparte nuestros gustos e ideas. La verdadera amistad no se limita solo a esto, sino que tiene ciertas características y exigencias. El amor en la amistad se convierte en amor incondicional, cuando busca el bien del amigo, cuando respeta sus ideas, cuando lo acepta tal como es, cuando lo ayuda a crecer y superarse, cuando respeta el tiempo y los procesos de la otra persona, cuando resalta sus virtudes, minimiza sus defectos, y con mucho amor lo ayuda a reconocer sus errores…

Construir buenas amistades nos permite aportar alegría a la vida. En esto es fundamental que la amistad sea sana y equilibrada. Para ello debe tener tres cualidades básicas: buena, fiel y accesible.

Buena: un verdadero amigo te estimula siempre a hacer algo bueno, que no dañe tu cuerpo, es con quien te diviertes sanamente, compartes lo que sabes y lo que tienes. Por lo tanto, un amigo verdadero nos invita únicamente a realizar buenos actos o hacer cosas de las que no nos arrepentiremos, donde no se lastime a los demás. 

Fiel: porque al amigo se le puede confiar todo, con la certeza de su acompañamiento y apoyo en las buenas y en las malas. Con él podemos llorar, reír, cantar, divertirnos, hablar o callar. En una palabra, podemos ser nosotros mismos; posiblemente no nos apruebe ni aplauda nuestra conducta, pero nos respeta y acepta, y mantiene la reserva de lo que uno comparte. En eso se basa la confianza, poder hablar libre y sinceramente de todo lo que nos pasa.

Accesible: para que haya una verdadera amistad necesitamos tener una buena comunicación, sentirla cerca aunque se encuentre lejos. Saber que está disponible y que si la necesitamos se la puede buscar, a través de una carta, una llamada, etc. Porque una verdadera amistad es como una plantita que debemos cuidar, regar y estar pendiente de ella para que florezca. 

Son estas cualidades fundamentales para lograr una verdadera amistad. Primero con nuestros seres queridos, con quienes compartimos la vida diaria en familia, luego con aquellos que nos acompañan en nuestro ámbito social y laboral. Pero por sobre todo debemos hacer crecer la verdadera amistad con nuestro Dios, que es el amigo que nunca falla y con quien podemos encontrarnos en un rato de oración y meditación. Esta amistad no solo nos hará crecer como personas centradas en Él, sino que nos ayudará a construir y gozar amistades sanas en la vida. Nos llevará a disfrutar de la plenitud del compartir…

¡Feliz día, amigo/a!

P. Juan Rajimon
Misionero del Verbo Divino

10 de julio de 2012

El grito constante de ... ¡libertad!

Un ambiente festivo se apodera de nuestro entorno en un nuevo aniversario de la celebración de la independencia de nuestra patria. Pero creo que si bien es importante celebrarlo, nos debe interpelar cuál es el verdadero y significativo valor de la libertad.  Porque ha sido el gran sueño de tantos próceres de este bendito suelo argentino y que con tanto esfuerzo lo hicieron realidad. Sin embargo, hoy es responsabilidad de cada uno de nosotros mantener el optimismo y no ser indiferentes a todo lo que pasa a nuestro alrededor evitando ver ¡cuánto nos falta aun! para seguir construyendo un país independiente y libre de esclavitudes. 

Porque la libertad y la independencia no es un estado ya acabado, sino que es una tarea que nos compromete día a día. Es uno de los dones más grandes que tiene la persona, ya que Dios nos ha creado libres. Porque Jesús nos dice: “ Si ustedes permanecen fieles a mi Palabra, serán verdaderamente mis discípulos: conocerán la verdad y la verdad los hará libres” (Juan 8,31). Qué importante detenernos a pensar en sus palabras, porque el hecho de ser creado en y para la libertad muchas veces nos lleva a confusiones y ambigüedades. La verdadera libertad no es lo que “yo quiero”, sino tratar de ejercitar plenamente la libertad interior para ser dueño de mis propias decisiones, pero con respeto y responsabilidad. 

3 de julio de 2012

La importancia de la palabra “gracias”

Sin duda una gran alegría nos embarga cuando alguien nos sorprende con la palabra “gracias”, ya sea por una llamada telefónica, un saludo personal o por un gesto fraterno. Son actitudes y palabras que alegran el corazón y nos animan a seguir compartiendo la vida con generosidad. Hoy quisiera reflexionar sobre la importancia de integrar esta palabra a nuestro diccionario de vida, más aun en estos días en que las situaciones de ingratitud son moneda corriente en nuestra sociedad. 

La vida se torna agradable cuando tenemos la posibilidad de compartir con personas agradecidas, aquellas que se acuerdan de decir “gracias” a alguien que lo ha ayudado y ha sido importante en su vida. Ciertamente es una actitud que nos satisface y nos da fuerzas para seguir dando y compartiendo las cosas. Vivimos en un mundo en el cual muchas cosas son consideradas como que tuviéramos derecho a tener. 

Sin embargo en la vida, cada gesto de bondad merece ser agradecido, aunque sea en los deberes. Los invito a este ejercicio para practicarlo en nuestros círculos más cercanos: en la familia, con los amigos, en los lugares de trabajo, en nuestras distracciones. Estoy seguro que no hay nada más grato para los padres que tener hijos agradecidos y, mucho más, trabajar en lugares donde uno se siente valorado, apreciado y agradecido.