27 de noviembre de 2012

Amar en el servicio

Qué bueno tener presente lo que decía la Madre Teresa de Calcuta: “El fruto del amor es el servicio”. Y sin duda debe ser una de las actitudes esenciales de nuestra vida cotidiana, especialmente cuando llegamos a fin de año y donde hemos de pensar en el otro frente a tantas tendencias egoístas que nos rodean. En medio de un sin fín de tareas y actividades que nos ocupa, es bueno que no perdamos de vista la importancia y la necesidad del servicio.  Porque muchas veces sólo pensamos en nosotros, en nuestra comodidad, en nuestras vacaciones, nuestros programas, fiestas y actividades. Solamente una persona generosa con la vida puede mirar el mundo y a los demás con gran afecto. 
Amar y servir son actitudes inseparables. El verdadero servicio nos ayuda a superar el ego. La persona humana es un ser creado para amar y compartir la vida. En este sentido uno descubre su verdadera imagen y auténtica felicidad en el amor y el servicio al prójimo. Cuanto más somos capaces de amar y entregar la vida será mayor la plenitud de la alegría. La verdadera actitud de servicio parte de un compromiso de amor hacia los demás, que se vive en la familia, en cada profesión o actividad que realizamos. 

20 de noviembre de 2012

Experimentar la profundidad del corazón

 Estamos acercándonos a un nuevo fin de año, un tiempo en el que planificamos todas nuestras reuniones sociales, cierres de trabajos, actos, recepciones, definimos el lugar de las vacaciones… Son tantas las cosas que van a ocupar nuestra mente en los próximos días. 

Y en este caminar ajetreado tenemos la tentación de ser y vivir la superficialidad que muchas veces nos aleja del verdadero sentido de todos los festejos. Creo que es un tiempo para vivir profundamente los acontecimientos de la vida, significando cada momento y realidad que compartimos, sabiendo que cada finalización de un año significa cerrar una etapa de la vida dándonos la posibilidad de comenzar con otra. Y todo esto merece ser vivido a pleno con un profundo agradecimiento al Dios de la vida. 

Cuando organizamos nuestra agenda de fin de año, tengamos presente  que lo más importante no son los aplausos que recibimos, los éxitos ni la apariencia, sino lo que llevamos adentro. Obviamente la belleza interior si es verdadera, se manifiesta, se comunica, se transmite y se expresa en gestos, palabras y actitudes que despiertan alegría y gozo. Cuando este es el espíritu que reina detrás de tantas celebraciones de cierre del año, la agenda cargada de actividades en lugar de agotarnos nos llena, nos plenifica, nos permite gustar aquello que hacemos, no resulta una carga.

13 de noviembre de 2012

Educar con el espíritu de San Roque González

San Roque González de Santa Cruz es un verdadero ejemplo para nuestra provincia y toda la Iglesia en este año de la fe; por su gran espíritu misionero y fervor en la evangelización de la cultura. Ha sido un gran evangelizador de nuestras tierras, luchó para sostener y fortalecer la cultura, la educación y la fe en las comunidades que formaban parte de estos territorios. Su gran dedicación y entrega generosa a la misión de evangelizar y educar lo ha elevado a la santidad para que su vida sea un ejemplo a imitar para todos nosotros. Hoy quisiera reflexionar sobre algunos aspectos importantes de la vida de San Roque González.

6 de noviembre de 2012

Vivamos profundamente el año de la fe

Desde la convocatoria del papa Benedicto XVI estamos transitando ya el Año de la Fe. Un año para reflexionar sobre la importancia de la fe en nuestras vidas. Creo que en un mundo secular donde lo inmediato y lo urgente ocupa gran parte de nuestro tiempo es bueno detenernos para reflexionar sobre nuestra experiencia de Dios. La fe no impulsa a no quedarnos en un plano mágico, creyendo que el pedir a Dios es suficiente para que los problemas y sufrimientos se terminen. La fe es un don, una gracia que Dios nos regala una experiencia personal de encuentro con Cristo que nos da un nuevo horizonte en la vida, una mirada distinta a los acontecimientos de cada día. Y como comunidad de fe se trata de vivir la alegría de ser cristianos y testimoniar esta fe a los demás. 

Quisiera reflexionar algunos de los objetivos que el papa Benedicto XVI ha puesto para vivir este año y que realmente sea una posibilidad que nos permita profundizar nuestra fe en Dios. En primer lugar es una oportunidad para redescubrir y revitalizar la fe, ya que ella es una realidad viva y dinámica, un don que hay que acoger, cultivar y dejar crecer cada día. Es un camino de vida que hemos de asumir. Como nos dice el mismo Papa, la fe “es un don que hay que volver a descubrir, cultivar y testimoniar”.