El 1 de mayo celebramos el Día
del Trabajador. Es una oportunidad que nos invita a reflexionar sobre la
importancia del trabajo que dignifica a los seres humanos. El trabajo
es, ante todo, un medio apropiado de perfeccionamiento personal. A
través de él, además de sostener a la familia, el hombre se perfecciona a
sí mismo y a la humanidad con su creatividad. Nuestra condición de
trabajadores nos hace partícipes de la obra de creación de Dios, siendo
colaboradores directos de ese perfeccionamiento de nuestro mundo.
Creo
que la celebración del Día del Trabajador nos recuerda la importancia
de valorar y reconocer la dignidad de todo trabajador, ya que nos ayuda
a vivir con dignidad porque lo que se come no es fruto del trabajo
ajeno ni del robo, sino de un esfuerzo noble y generoso. En este sentido
a pesar de tantas desigualdades e injusticias que podemos encontrar en
nuestro mundo laboral, creo que todo trabajo honra a los seres humanos.