Ya comienza a asomarse una
nueva primavera, aun en medio de tantos vaivenes socio-económicos que
vivimos en nuestra patria. Creo que en estos tiempos es importante
recuperar la esperanza a pesar de las adversidades de la vida. Esta
estación trata precisamente de eso, aprender a mirar la belleza de las
flores que están brotando después de las heladas y el crudo invierno. En
este sentido que bueno que con la naturaleza, que es tan sabia,
aprendamos a mirar la vida con optimismo y esperanza.
Es
un tiempo para fortalecer nuestras relaciones interpersonales. En el
correr de la vida siempre hay motivos que nos distancian unos de otros,
sencillamente porque somos seres humanos que pensamos y actuamos de
manera única e irrepetible. Les propongo que esta primavera sea un
tiempo para la reconciliación lo que permitirá que siempre haya más
sonrisa y mayor alegría en nuestros encuentros interpersonales.
Es
un tiempo para lograr la autenticidad, porque lo mejor de nosotros
surge cuando fortalecemos lo que realmente somos. Creo que es un
verdadero desafío en nuestro mundo de la imagen, donde vale la
apariencia más que el ser. Que esta primavera sea una oportunidad para
estrechar los vínculos de confianza desde la autenticidad y embellecer
nuestra vida con los dones y talentes que Dios nos ha regalado.