El domingo pasado hemos conmemorado la
fiesta de Corpus Christi que nos invita a reflexionar sobre la
importancia de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía. En esta
fiesta celebramos la centralidad de nuestra fe, porque la Eucaristía es
el regalo más grande que Dios nos ha hecho, cumpliendo la promesa del
mismo Jesús que nos dijo: “Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el
fin del mundo” (Mt28, 20).
La
fiesta de Corpus Christi, nos recuerda el valor y la importancia de la
Eucaristía en nuestras vidas. Porque es la celebración de acción de
gracias, donde como comunidad vivimos la presencia de Cristo. En la
Eucaristía acontece el gran milagro de la transubstanciación, por la
cual el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y Sangre de Cristo. La
Eucaristía celebrada con fe, transforma no sólo a las personas sino a
la comunidad entera.