8 de septiembre de 2009

María, ejemplo para los maestros

Hoy 8 de setiembre cuando celebramos la natividad de la Virgen María quisiera invitarlos a reflexionar sobre la persona de la Virgen María como ejemplo para nuestros maestros que celebran su día en esta semana, el 11 de setiembre.

Cuando uno mira la persona de la Madre María el primer ejemplo que ella da es el amor a la vocación de ser madre de Dios. Ella dio un sí incondicional para que Dios pudiera cumplir su obra salvadora. La entrega de María es el lo que le acerca a ella a la vocación de tantos maestros que dicen sí a tantos niños y jóvenes para formarlos para la vida. Es un sí incondicional que implica tantos sacrificios silenciosos, pero que produce abundantes frutos en la vida de tantos “hijos”.

La virgen María es ejemplo de escucha permanente a la voz de Dios. Ella siempre estuvo atenta a la voz del Espíritu en su vida, dejó ser conducida y guiada por el Espíritu Santo: en la anunciación, en los momentos del nacimiento de Jesús y luego en cada paso de acompañarle a Jesús. Gracias a su docilidad a la voz del Espíritu se cumplen las palabras del Ángel Gabriel en su vida: “Alégrate llena de gracia”, la alegría y la plenitud del gozo es un fruto de la entrega total a la conducción del Espíritu Santo en nuestras vidas.

En estos tiempos tan desafiantes solamente el dejarnos conducir por el Espíritu Santo nos puede regalar gozo y alegría en nuestra vocación, en medio de tantas adversidades que padecemos cotidianamente: el desinterés de tantos alumnos, la falta de acompañamiento de la sociedad, la falta de proyectos claros, las condiciones propias de trabajo, los compromisos familiares etc.

Ella supo alegrarse por las cosas sencillas de la vida. El encuentro con su prima Isabel fue motivo de alegría y gozo. Creo que hoy más que nunca está en juego la alegría de la vocación del maestro. Tenemos tantos motivos para perder la alegría en nuestra tarea cotidiana, situación personal, enfermedades, falta de resultados etc. La Madre María nos invita a ser personas positivas. Ver las bendiciones de Dios cada mañana y alegrarnos por las pequeñas maravillas de Dios en lo cotidiano y lo sencillo.

Fidelidad en el seguimiento silencioso: otro aspecto que se destaca en la vida de la Madre María es la fidelidad a la misión de seguirlo a Jesús hasta la cruz, estando al lado y acompañando. Creo que es la misión de muchos maestros estar al lado de cada niño y joven animándolo en sus avances y acompañándolo en las cruces de cada día para que todos lleguen a la gloria prometida por el Padre.

Por último, la Madre María nos invita a formar a nuestros niños y jóvenes desde el testimonio personal de vida. Ojalá que podamos asumir plenamente esta hermosa vocación de ser maestros y profesores que abren a tantos niños y jóvenes a la vida nueva. Que Dios y la Virgen María bendiga a todos nuestros maestros en su día.

P. Juan Rajimon
Misionero del Verbo Divino

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