18 de mayo de 2010

Con María construyamos una patria...

El domingo pasado hemos realizado la multitudinaria peregrinación al Santuario de Fátima, que nos caracteriza como pueblo cristiano en cuanto a nuestro ser un pueblo mariano. La peregrinación a Fátima con tanta participación nos hace reflexionar sobre la importancia de la fe y la experiencia de Dios en la vida de los pueblos, especialmente cuando nos acercamos al bicentenario de la patria. Es una nueva oportunidad para seguir construyendo una patria con una profunda fe en Cristo. Por supuesto que la persona de María siempre nos acerca a Dios como intercesora protectora en todo momento de nuestra vida.

María nos invita a vivir con fe y confianza en Dios. En estos momentos de crisis económica y social que estamos atravesando María nos invita a aferrarnos en la persona de Cristo, que nos llena de fortaleza y que nos sostiene más allá de las situaciones momentáneas y pasajeras. Ella nos invita a tener más fe y un espíritu de confianza que nos anima seguir caminando. Es por eso en medio de las dificultades y tormentos de la vida nos dice: “Hagan lo que él les diga” (Jn2,5)

María nos invita a caminar con esperanza hacia el futuro, sabiendo que Dios anima y guía nuestros pasos. En este sentido el simple hecho de peregrinar y caminar implica discernir, preguntar al Señor qué es lo que quiere que hagamos y por qué caminos debemos peregrinar la aventura de la Fe y la Vida. ojalá que María nos entusiasme en este año del bicentenario a optar por los caminos que nos conduce hacia la construcción de una patria más justa, más fraterna y más solidaria… una Patria para TODOS.

María es compañera en el camino de la cruz. Así como ella estuvo al lado de Jesús en su camino al calvario, María es parte de nuestra peregrinar de la vida. Ella siempre estuvo presente, conduciendo y caminando con los pueblos en: Luján, Itatí, del Valle de Catamarca, de las Nieves, del Carmen de Cuyo… Ella es parte de nuestra historia, a veces dolorosa y otras veces llena de esperanza y crecimiento. Así como estuvo al lado de Jesús, ella conducirá nuestros destinos… demostrándonos a Jesús, que es el norte de nuestra fe.

La peregrinación hacia un santuario mariano nos invita a estar atentos a la escucha de la voz del espíritu, que guía nuestros destinos como persona, familia y como patria. Nos recuerda de la importancia de una vida centrada en Dios, con momentos de oración y silencio… para que la fuerza del espíritu pueda superar tantas fuerzas egoístas y materialistas que nos invaden en estos tiempos.

La peregrinación también nos abre a la dimensión del discipulado en la fe. En este camino de seguimiento a Cristo María es la primera en darnos el ejemplo. Es imagen de la bondad y la inmensa misericordia de Dios. Es ejemplo de una familia que está al servicio de la humanidad y no solo en función del placer y la comodidad… una familia que ese esfuerza, se sacrifica, practica las virtudes y que está en permanente búsqueda de la voluntad de Dios.

Esta experiencia también nos invita a celebrar los acontecimientos de la vida. Así como al llegar al destino propuesto, qué bueno también celebremos los pequeños acontecimientos de la vida. Porque cada vez que alcanzamos objetivos y metas… es motivo para celebrar y festejar. Es para mirar y reconocer como Dios ha sido glorificado en nuestras vidas. Ojalá que también al cumplir estos 200 años como patria podamos celebrar el paso de Dios por nuestra patria…

Que la protección y la intercesión de nuestra madre nos acompañe en estos días previos a la celebración del bicentenario de nuestra patria… y que ella sea el ejemplo para seguir en marcha en pos de una patria más justa y solidaria para todos… construir esta patria es tarea y misión de todos. Que la madre nos acompañe en cada paso de nuestra patria…

P. Juan Rajimon
Misionero del Verbo Divino

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