5 de agosto de 2014

San Cayetano, patrono del pan y el trabajo

El próximo 7 de agosto celebramos la fiesta de San Cayetano, un día muy especial para nuestra vida de fe, donde pediremos nos conceda el pan y el trabajo. En el marco de esta fiesta en medio de la recesión, default y la crisis económica que vivimos como país, es importante que reflexionemos sobre la importancia y valor del trabajo sincero y “el pan ganado por el sudor de la frente”.
 
El primer lugar hoy más que nunca necesitamos la intercesión de San Cayetano para que realmente haya un profundo deseo de trabajo sincero y honesto en nuestra sociedad. Nos hemos acostumbrado a compartir una sociedad que, cada vez más, se conforma con esfuerzos mínimos para sobrevivir, sin que la vida sea realmente un aporte para esa sociedad de la que forman parte.  
 
Pidamos a San Cayetano que despierte en nosotros para que realmente haya un deseo sincero y comprometido en los corazones de hombres y mujeres de nuestra patria para trabajar. Un deseo profundo de hacer que nuestra vida no sea una carga, sino que sea un aporte valioso para la humanidad. El trabajo que dignifique y dé sentido a mi existencia como ser humano. 
 
La vida de fe y de trabajo siempre va de la mano. El trabajo sincero y responsable es un agradecimiento a un Dios que nos ha regalado la salud y la posibilidad de generar el pan para la familia con el sudor de la frente. Sin embargo, hay quienes en nuestra sociedad  viven del sudor y trabajo del otro, ocupando puestos importantes para los cuales no tienen la competencia ni tampoco los han ganado por la calidad profesional. Y esta realidad es difícil mantener en el tiempo, dado que va entrando en crisis el sistema organizativo del país, porque son pocos los que trabajan… y producen.
 
Sin desanimarnos como pueblo, es bueno que pidamos la intercesión de San Cayetano para lograr un trabajo digno para tantos jóvenes que estudian y tienen un gran deseo de realizarse como personas a través de un trabajo digno, gente honesta y preparada que espera en nuestros tiempos sin encontrar respuesta. Ojalá que el criterio para ocupar los puestos de trabajo sea la calidad profesional y no simplemente las afinidades personales. Pidamos a San Cayetano por un trabajo digno para nuestros jóvenes y adultos que sufren la falta de un trabajo digno para mantener a su familia. 
 
Toda fiesta de los Santos es una oportunidad para reavivar nuestra fe en Dios. Es bueno que confiemos en Él que nos regala esa esperanza que nunca se apaga y que, a pesar de todo, Dios está presente en nuestra vida y hace que la llama interior de la fe siga encendida, dando sentido a nuestras vidas, planificando  las cosas lindas y fortaleciéndonos para superar aquellas situaciones adversas. 
 
En esto la vida del santo es como un soplo de lo alto, un testigo, un testimonio, alguien que vivió hasta el extremo el amor a Dios y al prójimo. Tiene esa característica de tocar fuerte el corazón, la mente y el espíritu del pueblo para que esa luz de la fe nunca se apague y que la vida misma, aun en las adversidades, sea una fiesta. 
 
Que esta fecha que recordamos con mucha devoción, nos  ayude a renovar nuestra fe en Dios haciendo posible que nuestras miserias se conviertan en trabajo y esfuerzo a favor de nuestros hermanos. Pidamos en nuestras oraciones que todas las familias argentinas y del mundo entero, tenga el pan de la paz, la concordia, la justicia, la verdad; esos valores por los cuales Jesús murió y resucitó. 
 
Ojalá que esta celebración nos ayude para que quienes tienen trabajo lo honren cumpliendo y dando lo mejor y a quienes les falta puedan conseguirlo para alcanzar una vida digna.


P. Juan Rajimon
Misionero del Verbo Divino

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