3 de marzo de 2009

Estudiar es apostar a la vida

Al iniciar un nuevo ciclo lectivo nos llenamos de muchas expectativas y esperanzas en medio de tantas incertidumbres vividas a diario en nuestro país. A pesar de esto, es bueno empezar el año con la convicción de que tenemos una nueva oportunidad para seguir apostando a la vida, desde una educación de calidad para nuestros niños y jóvenes.

Hay muchas cosas que hemos de tener presente para que realmente sea un año fructífero y se cumplan los objetivos fijados. Para ello es fundamental tener muy clara las motivaciones que nos impulsan. Es bueno aclarar bien los motivos por los cuales quiero emprender un nuevo año de estudio, elegir tal o cual escuela/universidad para mis hijos, optar el tipo de acompañamiento que quisiera dar a los mismos durante este proceso.

En las últimas semanas hemos visto muchos fracasos en los exámenes del mes de febrero, a pesar de los esfuerzos del esfuerzo y sacrificio de muchos padres. La preocupación por el estudio debe ser constante, no unos pocos días antes del examen, sino desde el primer día de clases. El arte de aprender va junto con el esfuerzo incansable de todos los días y no por preocuparnos a último momento. Es bueno que prioricemos los aprendizajes en la vida. Tal vez haya otras cosas que son más interesantes y divertidas que estudiar, pero el aprendizaje es un deber inaplazable y nuestro futuro dependerá de lo que apostemos para la formación como personas y profesionales.

Para que este nuevo año lectivo dé buenos resultados es necesario tener pasión por el saber y querer crecer. Aprovechemos de todas las herramientas que están a nuestro alcance: libros, páginas web, maestros y profesores generosos. Para estudiar es necesario que cada uno tome la decisión de concentrarse sin tantas distracciones como la música, la televisión, la compañía de los amigos, el boliche etc.

Es fundamental aprender a planificar las tareas y actividades en función de los estudios. Una buena autodisciplina y un buen equilibrio desde el principio es la calve de un aprendizaje exitoso. Es primordial disponer del tiempo necesario para el estudio y lectura en el hogar, equilibrar los espacios que se destinan a las actividades físicas, completar las tareas en tiempo y forma, adelantar las tareas en tiempos libres, es decir apasionarse por el saber.

Hay muchos adolescentes y jóvenes que ven pasar su valioso tiempo y piensan: “no necesito mucho tiempo para estudiar” o “ya voy a estudiar cuando llegue la fecha”. Sin embargo, debemos tener presente que si se estudia cada día, cuando llegue el momento del examen sólo habrá que repasar conocimientos ya adquiridos y recordar lo que ya se sabe. Entonces desaparecerán los fantasmas de los exámenes, y éstos no serán un trauma, como es hoy, para tantos.

Pero quisiera recordarles algo que no debemos dejar de tener en cuenta. El estudio y la vida espiritual tienen una relación muy íntima. Una vida espiritual profunda enriquece y asegura nuestros aprendizajes. Los momentos de oración nos orientan y hacen que nuestros dones intelectuales se vean enriquecidos por la sabiduría que solamente nos da la presencia de Dios en nuestras vidas. Todo esto nos hará crecer como persona íntegra tanto en el saber cómo en el ser.

Te invito a que aproveches esta oportunidad de poder estudiar y aprender fijando objetivos claros y agradeciendo a Dios por este privilegio que tantos otros no lo tienen por distintos motivos.

P. Juan Rajimon
Misionero del Verbo Divino

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