30 de noviembre de 2009

Vivir el Adviento

¿Es necesaria la venida del Señor hoy en 2009?

Estamos iniciando el tiempo de adviento. Seguramente hemos pasados tantos advientos y navidades que es importante preguntar: ¿Si realmente tiene sentido la venida del Señor en este año 2009? ¿Qué cambia en nosotros la venida del Señor?

La venida del Señor dice poco para muchos en un mundo tan secular y materialista que vivimos, donde la experiencia de Dios tiene poco valor e importancia, tiene poco sentido. Tal vez este tiempo suele pasar tan desapercibido entre tantas actividades de fin de año: cierre de las clases, los preparativos para las vacaciones, los festejos y encuentros de familiares y amigos etc. Estamos tan ocupados y atareados que no tenemos mucho tiempo para pensar en las cosas más allá de lo que nos ocupa el hoy.

La verdad es que a pocas semanas estamos llegando a fin de un nuevo año. Estamos por celebrar la fiesta de la navidad. Y el tiempo de adviento es un tiempo de preparación.

La palabra "Adviento" viene del latín "adventus", significa venida, que en griego se traduce como parusía. Es un tiempo de espera en el cual toda la iglesia se prepara recordando la última y definitiva venida del Señor Jesús y, por otra, se prepara la evocación de la primera en la Navidad de Belén. Es un tiempo para fortalecer nuestra fe y esperanza.

Es bueno que realmente sepamos la importancia de esta espera: la espera del Adviento implica esperar a Dios y esperarlo en Jesús; creer en su venida progresiva, misteriosa pero real, a nosotros, al mundo en medio de nuestras realidades cotidianas. La venida de Jesús resignifica desde la fe las cosas cotidianas.

Es un tiempo que nos invita a la conversión. Una conversión que implica lograr una mirada a las cosas desde la fe. Es dar lugar primordial para Dios en nuestras vidas por encima de tantas cosas y ocupaciones. Es llenarnos de fortaleza y esperanza para nuestro caminar cotidiano, con la presencia y la gracia de Dios.

San Lucas nos recuerda que este tiempo sea un tiempo de oración y conversión de actitudes en la vida: “Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra. Estén prevenidos y oren incesantemente…” (Lc 21, 34-36)

Esperar la venida del Señor hoy implica que estemos plenamente conscientes de la misión que Dios nos ha regalado a cada uno. Esta misión que implica ser una verdadera comunidad cristiana, que tiene en cuenta al hermano que sufre y que padece tantas situaciones de pobreza y marginación. Nos invita a mirar la vida más allá de las ocupaciones y preocupaciones cotidianas… Nos invita a un amor sincero al hermano… nos invita a la comunión en la fe.

La venida del Señor tampoco se trata de una sensación, sino de una experiencia profunda de Dios que nos moviliza. La venida del Redentor es una alegría para la humanidad en su conjunto, y a cada uno en particular: en sus alegrías y aflicciones, en sus esperanzas, en sus miserias y en la gloria… Iniciar el adviento implica tomar consciencia de la venida de un Redentor que es capaz de transformar a personas, estructuras, culturas… sólo basta que estemos abiertos a su venida.

Ojalá que podamos iniciar una verdadera preparación para recibir a nuestro redentor desde un profundo deseo de renovación personal, oración y actitudes de amor y caridad… para que Dios del amor pueda reinar de nuevo en nuestra sociedad.

P. Juan Rajimon

Misionero del Verbo Divino

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