7 de diciembre de 2009

Adviento, tiempo de esperanza

Vivimos en un mundo donde la esperanza está en juego. El entorno nos transmite muchos motivos que nubla nuestra esperanza. Un fin de año con tanto calor… una situación crisis económica que cada vez más se agudiza… los números que no cierran… son pocos los que tienen la posibilidad de parar la actividad. Ya hay que pensar en el año que llega… los proyectos nuevos que no siempre nos dan certeza y seguridad…

En este tiempo dónde tenemos muchos motivos para desanimarnos el mensaje de la venida de Jesús nos quiere llenarnos de esperanza. En el tiempo de adviento el misterio de la Encarnación nos quiere elevar nuestra mirada a un Dios que nos da el ejemplo para superar tantas situaciones desesperanzadores de la vida: la pobreza, el dominio de los poderosos, el rechazo, la cruz y la muerte… Nos demostró el camino de la gloria. Nos enseña a asumir plenamente nuestras cruces hasta la victoria…

La esperanza que nos propone el adviento no es ilusionarnos para poder olvidarse de las cosas desagradables, sino que orientarnos al futuro sabiendo que con la presencia y la fuerza de Dios todo es posible. Es ilusionarnos en la confianza en Dios como nos dice San Pablo: “Aquel que comenzó en ustedes la buena obra la irá completando hasta el Día de Cristo Jesús”(Fil 1, 6). Es esta confianza en Dios que siempre nos llena de ilusiones y nos da fuerzas para seguir luchando, aun teniendo que enfrentar tantas adversidades y asumir tantas cruces de nuestra vida cotidiana.

En estos tiempos en los cuales la esperanza está en juego y que tenemos tantas personas tristes y desanimadas bueno que este tiempo de adviento abramos a la Palabra de Dios que nos pueda llenarnos de esperanza y que seguramente nos ayuda a ver las cosas con los ojos de Dios. Creo que es muy necesario para que haya más alegría en nuestras familias y en nuestro entorno. Tal vez este cambio implique modificar unas cuantas actitudes y costumbres de nuestra vida cotidiana, pero vale la pena apostarnos a un verdadero cambio y renovación interior. Nos invita a dar un poco más tiempo para nuestra vida de oración en este tiempo de adviento, un poco más de lugar para la Palabra de Dios, un poco más de sentido de comunidad, un poco más de solidaridad… con pequeños cambios podemos lograr grandes renovaciones en nuestra vida interior. Para este el tiempo de adviento es muy especial. Solo basta que nos animemos.

La virgen María es ejemplo de esperanza para todos los cristianos. Ella fue capaz de esperar contra todo toda desesperanza. Fue capaz de vivir profundamente desde la Providencia Divina en medio de tantas adversidades. Fue capaz de amar y entregar su propia vida para que se cumpliera el plan de Dios. Fue capaz de pensar más allá de sus comodidades…
Ojalá que en este tiempo de adviento la venida del Señor nos renueve nuestras estructuras interiores y exteriores de todo conformismo, todo individualismo y que nos pueda movilizarnos hacia el bien común y hacia la venida de Reino de paz, justicia y amor.

P. Juan Rajimon
Misionero del Verbo Divino

No hay comentarios.:

Publicar un comentario