24 de mayo de 2011

Construyendo nuestra patria

En medio de un clima electoral, estamos nuevamente celebrando la fiesta de nuestra patria, oportunidad que nos invita a reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos de construirla, en tanto don de Dios para todos los ciudadanos. En este sentido quiero proponerles un desafío para  renovar nuestro compromiso con ella, se trata -nada más y nada menos- de vivir este compromiso desde una transformación sincera que implique convertirnos en ciudadanos que aporten al bienestar de la sociedad toda, con esfuerzo sincero a fin de lograr una sana convivencia en paz y armonía. Que podamos sentir esta patria como un lugar de bendición, donde se puedan vivir los valores del Evangelio para que el Reino de Dios esté presente.

Hoy la celebración de nuestra fiesta patria nos invita a asumir el reto de unirnos como argentinos, a través del diálogo y la tolerancia para transformarnos en ciudadanos constructores de  un país libre y democrático, y no meros habitantes de un país. Es una oportunidad para lograr un verdadero espíritu cívico, capaz de sostener los ideales y valores de una sociedad libre que necesita de la colaboración de todos y cada uno. Nos invita a reconocer la riqueza en la diversidad. Es ahí realmente donde encontramos la alegría de ser una nación fértil y abundante.
Ser ciudadano no significa ser mero espectador de todo lo que pasa a nuestro alrededor lamentándonos de aquello que está mal -que, sin duda, existe-, tal como la pobreza, la marginación, el debilitamiento de nuestro sistema de salud, la educación, la seguridad y la crisis de valores, etc. Celebrar la fiesta patria es comprometernos con los problemas sociales que afectan a toda la ciudadanía, sumando nuestra participación activa en la vida socio económica y cívica del país. Es una invitación para aportar a la patria nuestro trabajo y esfuerzo sincero, siendo así constructores responsables de una nación que crece gracias al compromiso de todos sus ciudadanos.

Para que se haga posible la verdadera libertad necesitamos un país basado en los principios de la honestidad, la justicia, la libertad, la solidaridad y el amor. Y todos debemos bregar para lograr el verdadero desarrollo, en torno a estos grandes valores, que deben unirnos  y  sostenernos. 

Es por ellos que la patria debemos de llevarla en el corazón, y no solo en sus símbolos y emblemas, sino que debe traducirse en actitudes y opciones de vida que contemplen a todos nuestros hermanos. La Patria es un verdadero regalo del Altísimo para que hagamos de ella un lugar donde se pueda vivir profundamente el amor de Dios. 

La patria nunca está acabada. La recibimos como herencia del esfuerzo de tantos próceres y la seguimos construyendo cada día, con la participación y el brío de todos para que sea una verdadera gran familia, donde cada unos de sus integrantes sea respetado y valorado. Especialmente en estos tiempos preelectorales lucharemos para que reine un verdadero amor a la patria, tanto en nuestros dirigentes como en el pueblo todo, para que se pueda superar todo egoísmo en favor del desarrollo de todos sus habitantes. Bueno sería que reine en toda nuestra patria el verdadero entusiasmo por seguir construyendo para que seamos conscientes de que pertenecemos a una nación donde todos somos hermanos y tenemos los mismos derechos. 

Ojala que podamos lograr entre todos una patria de hombres y mujeres dispuestos a ser ciudadanos responsables, deseosos de aportar, desde su profesión o labor, la construcción de una sociedad cada vez más justa y solidaria. A todos les deseo felicidades en esta fecha tan importante. Que el orgullo de ser argentinos se transforme y se demuestre en obras concretas para que el amor que todo lo puede,  reine en nuestra patria.

P. Juan Rajimon
Misionero del Verbo Divino

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