26 de julio de 2011

Voluntad... la debemos fortalecer

Estamos próximos a iniciar el segundo semestre escolar del año. Es un tiempo muy importante para reorganizar nuestras actividades, nuestras prioridades y proyecciones después de unos días de descanso y recogimiento. Al retomar nuestras actividades, la primera sensación que aflora es la de quedarnos en el descanso, que estoy seguro; a todos nos agrada. Pero es fundamental empezar con una actitud positiva, fortaleciendo nuestra voluntad para que esta segunda mitad del año esté lleno de un espíritu renovado. Los invito a reflexionar sobre esta actitud que, sin duda, nos ayudará a vivir más plenamente nuestra vida de familia, estudio, trabajo, etc., y que es la de “fortalecer nuestra voluntad”. 

En el mundo moderno en que vivimos hay tantos peligros que doblegan nuestra voluntad, que si no tomamos conciencia de esta actitud será difícil que podamos lograrlo. Prueba de ello son los fracasos que tenemos en la vida de tantos jóvenes, niños y también de adultos. 
El primer aspecto para fortalecer nuestra voluntad es tener confianza en nosotros mismos para lograr los objetivos que nos proponemos para la vida. Muchas veces, tenemos la autoestima tan baja que dependemos de un tercero para que avale nuestras decisiones, nos apoye en nuestras tareas y acompañe en nuestros compromisos. Es común encontrar personas totalmente dependiente de su psicólogo, psiquiatra, para dar el pasito más mínimo en su vida. Otras veces, nos proponemos ideales inalcanzables que obviamente nos llevan a la frustración. Por eso creo que un paso esencial es proponernos  metas realizables y luchar para alcanzar los objetivos propuestos.

Los grandes sueños no se llegan a concretar cuando la persona no logra superar los vaivenes de las emociones y sentimientos de todos los días. Es muy común que la vida de muchas personas esté signada por el humor con que se levantan. Un día de mal humor, una situación desagradable, son motivos que tornan al sujeto incapaz de cumplir con los objetivos propuestos. Por eso es importante evitar situaciones desagradables en la familia, ya que estas afectan indefectiblemente el rendimiento de los alumnos en la escuela. Los sentimientos son pasajeros: van y vienen. En la medida en que seamos capaces de gobernarlos podremos conducir nuestra vida a buen puerto. 

Otro de los grandes valores que se ha perdido en esta sociedad moderna es el sentido de sacrificio y lucha. Es muy común ver a los jóvenes abandonar una carrera, cambiar de colegio, alternar de trabajo, finalizar con una convivencia, etc., ante el primer conflicto o dificultad que se presente. Creo que desde pequeño es importante aprender el valor del sacrificio para lograr los objetivos de la vida, por supuesto sabiendo que hay momentos desagradables que hemos de aceptarlos y superarlos para lograr la meta sabiendo que no fue fácil alcanzarla. 

Detrás del éxito de muchas personas importantes de nuestra sociedad, está el gran valor del orden y la perseverancia. En todos los ámbitos de la vida, un buen resultado depende del trabajo ordenado y perseverante. El pasito que damos todos los días es más importante que el gran paso que realicemos cada tanto. Es lo que define nuestra personalidad y todo nuestro ser. 

Ojala que en el inicio de este segundo semestre, cuando retomamos tantas actividades, podamos fortalecer nuestra voluntad, priorizando estos pequeños y sencillos pasos para llegar a cumplir tantos sueños y planes que tenemos para nuestra propia vida. A todos les deseo un buen comienzo y bendiciones para este segundo semestre.
 
 
P. Juan Rajimon
Misionero del Verbo Divino

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