Todo comienzo nos genera muchas expectativas en la vida. Al
iniciar este nuevo año seguramente estamos llenos de sueños y esperanzas. Pero
es necesario antes hacer un balance de lo que ha sido el año que pasó para
corregir los errores que pudimos cometer y comenzar este 2012 con mucho afán. Y
como bien sabemos, un buen comienzo ya es un camino seguro al éxito, lo que nos
garantiza un buen fin.
Seguramente estamos a la espera de muchas novedades y
expectativas que generan el año a iniciar y todo esto requiere optimizar el
tiempo y los recursos que Dios nos ha regalado
atendiendo así aquellas particularidades que son fundamentales para el
nuevo comienzo.
Uno de los detalles más valiosos en este aspecto es el buen
uso de nuestro tiempo. La gran mayoría de los planes y proyectos se
materializan y alcanzan excelentes resultados cuando le dedicamos suficiente
tiempo, priorizando las cosas más importantes en nuestra vida y evitando que
nos desgastemos en todo aquello que resulta secundario.
Cuando iniciamos un nuevo año una de las cosas que nos
ayudarán a caminar seguros es tratar de deshacernos de las cargas innecesarias,
como ser costumbres, hábitos y actividades que no hacen a la esencia de la vida
y sencillamente se convierten en pesadas cargas. No olvidemos que para lograr
una vida feliz se requiere vaciar nuestras inaguantables mochilas, de las cosas
que hacemos por costumbre y rutina, sin que realmente sean significativas o
necesarias. En este sentido es importante ser generoso con uno mismo para dejar
todo aquello que obstaculiza y no permite seguir avanzando y creciendo como
personas íntegras.
Una vida de reflexión nos ayudará a poner los objetivos
claros y esto marcará el rumbo de nuestro diario caminar. Cuando arrancamos
este nuevo año, es importante priorizar los objetivos de la vida para que todo
aquello que sea circunstancial no interfiera y aleje de nuestros objetivos
principales.
En todo momento, resulta esencial una buena planificación
para que realmente se logren los objetivos propuestos. Muchos proyectos se
disipan porque quedan en buenos deseos y no se proyectan con un plan de acción
sincera. Como dice la Palabra de Dios “¿quién de vosotros, que quiere edificar
una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, y ver si tiene para acabarla?”
(Lc 14, 18). Creo que es uno de los pasos esenciales como persona, familia y
comunidad al iniciar un nuevo año es una buena planificación para que la
construcción de este nuevo año sea realmente una bendición.
Por encima de todo, considero que es fundamental saber que
un nuevo año es una bendición de Dios, porque Él nos ha invitado a la vida y
esta vida hay que vivirla en plenitud. Estamos invitados a vivir y compartir
esta vida como una verdadera bendición. Disfrutemos cada momento y cada paso que damos a diario y
centremos nuestra mirada en las bendiciones que recibimos de Dios, más que en
los fracasos y reveses que siempre forman parte de la vida.
Estamos llamados a
vivir en el amor y con generosidad. A ser personas capaces de
multiplicar bendiciones. Pongamos todos nuestros dones y esfuerzos al servicio
del Buen Dios, para que seamos verdaderos instrumentos de su amor y así lograr
un nuevo año colmado de bendiciones para todos.
Vaya para todos ustedes, mis fervientes deseos de muy feliz
Navidad y próspero 2012.
P. Juan Rajimon
Misionero del Verbo Divino
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