Vivimos en un mundo en el cual la paz interior tiene un
gran valor espiritual. Es lo que en el fondo aporta hacia la verdadera
armonía de la vida. Nuestro mundo moderno nos ofrece muchos caminos para
encontrar la paz interior: la meditación, los viajes hacia lugares
tranquilos, práctica de ejercicios que nos llevan hacia la armonía. Son
muchas las ofertas que tenemos en el mundo actual para encontrar la paz.
Para
encontrar la verdadera paz interior no es necesario hacer largos viajes
ni tampoco recluirnos para obtenerla, sino que realmente prioricemos y
valoremos la paz espiritual en lo cotidiano. Es un proceso que nos lleva
a la quietud y a la serenidad desde la tolerancia, respeto propio y a
los demás, aceptación de nuestras realidades, cumplimiento de las metas
con esfuerzo y dedicación. El papa Juan Pablo II nos dijo al respecto:
“La conquista de la paz a todos los niveles está unida a la conversión
del corazón y a un auténtico cambio de vida”; y se requiere de “la
verdad, justicia, amor y la libertad”.
Lograr
la paz interior es un verdadero arte. Se trata de una sana práctica y
ejercicio de una vida auto disciplinada. El camino hacia la paz interior
requiere que superemos la negatividad a que estamos expuestos
diariamente a través de los periódicos y de nuestras experiencias
personales. Nuestros pensamientos son los que determinan nuestro estado
mental. Si constantemente tenemos pensamientos negativos y destructivos
la paz mental nunca llegará a nosotros. Creo que uno de los caminos
esenciales para encontrar la paz interior es esforzarnos para elegir
pensamientos positivos y empezar a mirar la vida con esperanza y
optimismo, a pesar de tantas adversidades que nos rodean.
Muchas
veces el mismo ritmo de vida que llevamos quita nuestra paz interior.
Más de una vez con tantos compromisos personales, familiares y sociales
que vivimos con esta sensación de que el tiempo nunca nos alcanza.
Siempre estamos corriendo detrás de la agenda y esforzándonos para
cumplir, lo que nos quita la alegría de gozar los momentos esenciales de
la vida a pleno. Creo que nuestra paz interior es una verdadera
necesidad y para poder lograrla hemos de simplificar un poco más la vida
que en sí es bastante compleja: eligiendo cuidadosamente en qué
invertimos nuestro tiempo, discerniendo y escogiendo lo importante en la
larga agenda de cosas que hemos de hacer y obviamente dejando las cosas
que no son esenciales.
Para poder
experimentar la paz espiritual es importante evitar tener una vida llena
de desorden con actividades y preocupaciones innecesarias. Por encima
de todo, tratemos de disfrutar las pequeñas y grandes cosas que hacemos
con amor y pasión.
La verdadera paz también es
fruto de nuestra confianza en Dios y de nuestra vida espiritual. Así
como invertimos tanto tiempo para nuestro trabajo, compartir con los
amigos también es importante dar un tiempo para nuestra vida de oración,
momento de contemplación y meditación, lo que nos ayuda a llenarnos de
la paz que viene de lo Alto. Estos momentos nos ayudarán a entrar en
contacto con nosotros mismos y con nuestro Dios. Que pidamos al Espíritu
Santo que nos llene de paz en nuestra vida personal, familiar y
comunitaria. Que Santa María Virgen, Reina de la Paz, interceda para que
el Espíritu Santo haga realidad en nuestros corazones y en este mundo
el fruto de la paz.
P. Juan Rajimon
Misionero del Verbo Divino
No hay comentarios.:
Publicar un comentario