25 de septiembre de 2012

El camino hacia la paz interior

Vivimos en un mundo en el cual la paz interior tiene un gran valor espiritual. Es lo que en el fondo aporta hacia la verdadera armonía de la vida. Nuestro mundo moderno nos ofrece muchos caminos para encontrar la paz interior: la meditación, los viajes hacia lugares tranquilos, práctica de ejercicios que nos llevan hacia la armonía. Son muchas las ofertas que tenemos en el mundo actual para encontrar la paz.

Para encontrar la verdadera paz interior no es necesario hacer largos viajes ni tampoco recluirnos para obtenerla, sino que realmente prioricemos y valoremos la paz espiritual en lo cotidiano. Es un proceso que nos lleva a la quietud y a la serenidad desde la tolerancia, respeto propio y a los demás, aceptación de nuestras realidades, cumplimiento de las metas con esfuerzo y dedicación. El papa Juan Pablo II nos dijo al respecto: “La conquista de la paz a todos los niveles está unida a la conversión del corazón y a un auténtico cambio de vida”; y se requiere de “la verdad, justicia, amor y la libertad”.

Lograr la paz interior es un verdadero arte. Se trata de una sana práctica y ejercicio de una vida auto disciplinada. El camino hacia la paz interior requiere que superemos la negatividad a que estamos expuestos diariamente a través de los periódicos y de nuestras experiencias personales. Nuestros pensamientos son los que determinan nuestro estado mental. Si constantemente tenemos pensamientos negativos y destructivos la paz mental nunca llegará a nosotros. Creo que uno de los caminos esenciales para encontrar la paz interior es esforzarnos para elegir pensamientos positivos y empezar a mirar la vida con esperanza y optimismo, a pesar de tantas adversidades que nos rodean. 

Muchas veces el mismo ritmo de vida que llevamos quita nuestra paz interior. Más de una vez con tantos compromisos personales, familiares y sociales que vivimos con esta sensación de que el tiempo nunca nos alcanza. Siempre estamos corriendo detrás de la agenda y esforzándonos para cumplir, lo que nos quita la alegría de gozar los momentos esenciales de la vida a pleno. Creo que nuestra paz interior es una verdadera necesidad y para poder lograrla hemos de simplificar un poco más la vida que en sí es bastante compleja: eligiendo cuidadosamente en qué invertimos nuestro tiempo, discerniendo y escogiendo lo importante en la larga agenda de cosas que hemos de hacer y obviamente dejando las cosas que no son esenciales. 

Para poder experimentar la paz espiritual es importante evitar tener una vida llena de desorden con actividades y preocupaciones innecesarias. Por encima de todo, tratemos de disfrutar las pequeñas y grandes cosas que hacemos con amor y pasión.

La verdadera paz también es fruto de nuestra confianza en Dios y de nuestra vida espiritual. Así como invertimos tanto tiempo para nuestro trabajo, compartir con los amigos también es importante dar un tiempo para nuestra vida de oración, momento de contemplación y meditación, lo que nos ayuda a llenarnos de la paz que viene de lo Alto. Estos momentos nos ayudarán a entrar en contacto con nosotros mismos y con nuestro Dios. Que pidamos al Espíritu Santo que nos llene de paz en nuestra vida personal, familiar y comunitaria. Que Santa María Virgen, Reina de la Paz, interceda para que el Espíritu Santo haga realidad en nuestros corazones y en este mundo el fruto de la paz.

P. Juan Rajimon
Misionero del Verbo Divino

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