Empezar
un nuevo año es un verdadero acontecimiento para todos. Es el momento de
plantearse los objetivos más nobles e iniciar un camino hacia verdaderas metas
para la vida. Muchas veces el éxito de todo un año depende de las buenas metas
que nos proponemos para iniciar el camino hacia ellas y concretarlas en la
vida. En este sentido el verdadero tiempo de descanso es un momento para
detenernos, mirar hacia adelante y plantear los objetivos claros para poder
recrear la vida.
La
felicidad y la alegría serán posible en la medida que seamos capaces de
recrear. Y el tiempo de vacaciones y descanso es ideal para recrear y revivir
tantas situaciones que dan sabor a la vida. Muchas veces hay quienes confunden
esta dinámica de recreación con momentos de diversión o con un viaje largo que
se suele hacer. Creo que el verdadero descanso para la mente y el cuerpo, se
generan cuando somos capaces de armonizar el cuerpo y la mente mirando la vida
con objetividad, lejos de los preconceptos que vamos armando con el correr de
los tiempos, agotados por la monotonía y la rutina.
La misma
palabra “recreación” con su significado, nos invita a recrear y reflotar tantos
dones y talentos que Dios nos ha dado para ser felices y alegres en la vida. No
se trata de darnos gustos muy costosos, sino de aprender a alegrarnos
contemplando un paisaje hermoso, la belleza de la naturaleza de nuestro buen
Dios, en compañía de nuestros seres queridos que nos animan y sostienen,
con los aportes que cada uno hacemos en pos del bien común… son tantas las
cosas que ennoblecen nuestro ser y hemos de gozar de cada una de ellas. Tal vez
muchas de estas cosas han perdido el brillo con el correr de los tiempos–
las asperezas en las relaciones familiares, los talentos escondidos, la
capacidad para admirarnos de la vida… dispongámonos entonces a recuperar la
alegría de la vida que nadie nos puede quitar…
Cuando
las vacaciones realmente no recrean nuestra mente y cuerpo volvemos más
cansados que cuando nos fuimos. Por eso, creo que es importante, más allá de
tantos programas que nos ofrecen disponer también de un buen tiempo de silencio
interior donde podamos escuchar a nuestro cuerpo y nuestra mente, para
poder entrar en comunión con nuestra interioridad. Creo que unos momentos de
meditación y silencio nos harán descubrir cosas maravillosas en este tiempo de
vacaciones. Una buena lectura que nos anime a orientar nuestros pensamientos,
sería de gran ayuda, y por supuesto contemplar la Palabra de Dios.
Los
proyectos y planes que nacen de la profundidad del corazón, donde ponemos toda
nuestra voluntad y energía, seguramente hará que este nuevo año, sea realmente
feliz, porque estaremos poniendo corazón y alma para llevar a cabo tantos
sueños y planes que genera nuestra mente. Todo esto desde una mirada realmente
objetiva de nuestras condiciones personales y comunitarias.
Que este
tiempo de vacaciones, sean un tiempo especial que nos ayude a realizar una
verdadera mirada hacia la profundidad de nuestro interior, a contemplar la vida
con ojos de esperanza, y que nos llenemos de esa fuerza que viene de lo Alto
para poder sostener tantos propósitos a lo largo del tiempo. Tengamos confianza
en la Divina Providencia que siempre nos orienta y encamina en la vida. ¡FELIZ
DESCANSO!!!!
P. Juan Rajimon
Misionero del Verbo Divino
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