16 de marzo de 2010

San José… hombre de amor y fidelidad

La fiesta de San José, patrono de nuestra ciudad de Posadas, cuya fiesta celebramos el próximo 19 de Marzo, nos invita a reflexionar entorno a tantas virtudes que lo llevó a la santidad y que hoy es ejemplo para todos los cristianos. Una de las características de San José era la confianza plena en un Dios aun en medio de tantas adversidades y quebrantos de la vida. La confianza que le dio fuerzas para decir SÍ a la voluntad de Dios en los distintos momentos de la vida.

En este sentido podemos encontrar a San José como ejemplo de fidelidad: fidelidad en su matrimonio como esposo, en su familia como padre… Creo que una de las cosas más importantes en la vida de San José como esposo y padre es la presencia de Dios en cada momento importante de la vida. Fue un hombre fiel a la voz de Dios al aceptar a María como esposa, fiel frente la responsabilidad como padre. En este sentido una de las cosas que nos lleva a la santidad es la fidelidad en las pequeñas y grandes cosas que hacemos en la vida cotidiana. La fidelidad la misión de Dios, fidelidad a la palabra dada… a la decisión tomada en los distintos momentos de la vida… fidelidad a la función que Dios me ha encomendado en esta tierra – en lo que me toca hacer a diario…

La Palabra de Dios lo llama a San José hombre justo (Mt. 1, 19). Es la virtud que más hemos de rescatar de su vida, especialmente en nuestros tiempos en que la justicia no siempre está al alcance de todos. Un hombre llega a ser justo por la medida que es capaz de ser una persona de bien tanto en las pequeñas como en las grandes decisiones por encima de sus deseos y necesidades particulares.

San José ha sido un hombre que supo escuchar la voz de Dios en la vida, aun en medio de las dudas, desencantos y adversidades de la vida. En este sentido ha sido un hombre de profundo silencio interior y oración… abierto al Espíritu Santo y disponible para cumplir la voluntad de Dios en todo momento de la vida. Se destacó por su calma y confianza en Dios frente a los acontecimientos cotidianos de la vida.

En la vida de San José tenemos una expresión cotidiana de amor a la vida de familia y al trabajo. En nuestros tiempos en que el trabajo que el trabajo se ha vuelto una mercancía, la persona de San José nos enseña a santificar la vida a través del trabajo. En este sentido nos invita realizar cada tarea que hacemos con amor y pasión para que Dios pueda cumplir su misión a través de nuestro servicio a las personas y a la sociedad. Esta dimensión nos ayudará a superar tanta crisis que vivimos a nivel de sociedad en nuestros ámbitos laborales.

En un mundo en el que se pregone la libertad y la autosuficiencia el ejemplo de San José nos invita a la obediencia total a la voluntad de Dios. Es un acto de libre voluntad y fe que nace del corazón y que nos orienta en los distintos momentos de la vida. cuando falta esta obediencia perdemos la gran libertad ser libres y empezamos a ser escalvos de nuestros propios temores.

La persona de San José nos anima a confiar plenamente en un Dios venciéndose a sí mismo, desde una entrega total a la voluntad de Dios, aceptando a ser un instrumento de Dios en la vida para cumplir la misión divina en el lugar que nos toca. Que San José nos enseñe a vivir la santidad siendo fieles a los acontecimientos cotidianos de nuestra vida.

P. Juan Rajimon
Misionero del Verbo Divino

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