Nuestra ciudad adquiere un
ritmo festivo en estos últimos días al iniciarse la tradicional
Estudiantina, evento que ya es parte de la cultura estudiantil de
Posadas y de los distintos municipios del interior de la provincia. Dada
su repercusión y la gran magnitud de personas que involucra, considero
que es una muy buena oportunidad para reflexionar sobre la importancia
de valernos de estos festejos, para formar a nuestros niños y jóvenes en
la cultura de la responsabilidad y el compromiso.
Si
bien sus preparativos y desarrollo generan ruidos molestos, provocados
por sus tamboreos, es una de las actividades en la que nuestros jóvenes
demuestran su creatividad, capacidad organizativa y de liderazgo. Es una
linda escuela donde aprenden a planificar y cumplir con las
responsabilidades asumidas entre pares. Sin embargo, esto no exime a los
adultos: docentes, padres y la comunidad entera de su importante papel
de acompañamiento y guía.
Y a
pesar de que vivimos muchas situaciones que no son buenos ejemplos para
nuestros jóvenes, creo que también deben ser motivo de aprendizaje para
nuestras futuras generaciones. En estos días es común ver protestas por
todas partes: corte de calles, suspensión de los servicios de
transporte, huelga de empleados, etc. Y lo más preocupante es que
nuestros niños y jóvenes están aprendiendo de la sociedad adulta. Prueba
de ello es la famosa “toma de colegios”, muchas veces ni siquiera
conociendo y menos aun fundamentando los motivos que la ocasionan. Todas
estas situaciones están tan naturalizadas que se llega a la triste
realidad de asumirlas como algo normal, saliendo a las calles para que
los reclamos sean escuchados y se cumplan los acuerdos que tenemos como
ciudadanos.
Como sociedad adulta,
tenemos la responsabilidad y la obligación de formar a nuestros niños y
jóvenes en la cultura de que los logros se alcanzan desde el diálogo y
de manera pacífica, respetando al otro. Además es común reclamar que
todo se nos solucione. Es importante empezar a pensar que puedo aportar
“yo” para que las cosas se resuelvan. La solución no es solo salir a las
calles, sino también aportar desde nuestra creatividad y esfuerzo
sincero.
Y aún así no podemos
dejar de reconocer y aprender de los jóvenes de nuestra ciudad, el
espíritu de unidad que se establece entre compañeros y la competencia
sana con una gran capacidad de respeto hacia los demás, creando un
espacio de sana diversión para todos. Apostemos para que este evento de
gran importancia para nuestros jóvenes, que insume tanto tiempo y
esfuerzo en esta época del año, sea realmente un espacio de formación y
aprendizaje.
Y en esto creo
debemos ser muy generosos en nuestro aporte, incentivando y favoreciendo
más diversión sana y en compañía de la familia, lo que estrecha
vínculos y afianza relaciones familiares y personales. La verdad, es
esperanzador ver en estos días, las familias acompañando a los jóvenes
en la Estudiantina en un clima de fraternidad, compartiendo momentos de
diversión con los compañeros y amigos, lejos del encierro de internet o
la mala influencia de la droga o el alcohol. Y frente a tantas noticias
de violencia y destrozos en los últimos días a nivel nacional, ojala que
también sea una oportunidad para enseñar y aprender a cuidar el espacio
común que pertenece a todos.
Que la Estudiantina 2013 sea un espacio de formación cultural y aprendizaje común. ¡Entre todos podemos lograrlo!
P. Juan Rajimon
Misionero del Verbo Divino
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