El próximo domingo 25 de mayo,
tendremos la ocasión de celebrar el cumpleaños de la Patria,
agradeciendo a Dios la bendición de compartir la vida en un país libre.
Antes que nada, la celebración de un nuevo aniversario patrio es una
oportunidad para valorar el don de la patria y comprometernos con las
causas comunes que requiere la participación de todos los ciudadanos.
Obviamente
cada vez que pensamos en la Patria también llegan a nuestra memoria
tantas preocupaciones y carencias que compartimos: la crisis social y
económica, la inseguridad, la incertidumbre en cuanto al futuro de
nuestra juventud. Sin quedarnos en la queja y en el desaliento, es una
oportunidad para pensar en la patria que entre todos -desde la
corresponsabilidad y la participación- debemos construir.
Cada
uno de nosotros somos parte de esta patria que consolidamos entre
todos, desde el esfuerzo sincero y el trabajo honrado, elementos
esenciales para el crecimiento de cualquier nación. Por encima de todo,
quisiera que tengamos muy presentes los principios y valores de la
democracia que siempre nos permite dar lo mejor de nosotros a la patria
desde la libertad y el amor.
Pero
esta celebración nos invita a reflexionar acerca de la Igualdad que
garantiza toda democracia para sus ciudadanos. que tienen los mismos
derechos y obligaciones, sin favorecer la existencia de grupos
privilegiados con derechos especiales. La igualdad asegura el
reconocimiento y respeto de los derechos civiles y políticos de cada
individuo sin importar su edad, sexo, fe religiosa, ocupación o rango
socioeconómico. La igualdad se traduce en derechos.
La
civilidad nos invita a reflexionar sobre los valores básicos de la sana
convivencia en un país democrático que requiere cualidades de
disciplina, tolerancia, autocontrol, cooperación y solidaridad. Convivir
con otros requiere de un sentimiento de responsabilidad compartida y
respeto. ¡Qué bueno que podamos ocuparnos más unos de los otros para que
los más débiles (niños, jóvenes y ancianos) estén un poco más seguros
en nuestras calles y en nuestros hogares!
La
Justicia es una virtud y valor que sostiene todo sistema democrático.
Cuando se corrompe la Justicia y empieza a servir al que más tiene y más
puede, comienza el deterioro de la democracia. Es deber de todos para
que realmente tengamos en alto la virtud universal de la Justicia en la
que “lo que pertenece” a cada individuo es la igualdad y la libertad,
así como la participación. El hecho de que “sea constante y perpetua”
posibilita la estabilidad del sistema en términos de seguridad,
compromiso y paz.
Todo sistema
democrático nos invita a la tolerancia que posibilita ver y tratar a los
demás desde el respeto a su dignidad como personas; permite apreciar y
valorar lo valioso de cada ser humano y el pluralismo, que supone el
reconocimiento de la diversidad y la complejidad tanto de los individuos
y los grupos que conforman una sociedad.
Por
encima de todas las necesidades que como nación tenemos, hoy más que
nunca es fundamental practicar y hacer realidad la solidaridad y el
respeto. Solidaridad para poder pensar como patria, por encima de los
intereses personales y egoístas. Un gran respeto por el otro que nos
lleve a un compromiso social desde el diálogo, buscando la paz y armonía
por encima de los intereses de cada uno. Que este nuevo aniversario
patrio nos comprometa a seguir construyendo entre todos, una Argentina
cada vez más libre y democrática.
¡Feliz cumpleaños Patria querida y que la Virgen de Luján interceda y proteja a nuestra amada Argentina!
P. Juan Rajimon
Misionero del Verbo Divino
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